domingo, 29 de marzo de 2009

Hummus Azul

No hay nada mejor que hablar con alguien que entiende. No creen?
Suru se asomó desde su terraza, me gritó alguna barbaridad mientras yo le enseñaba una foto y se dio prisa para bajar los 5 pisos del edificio donde tiene su buhardilla. Su rostro, cansado de trabajos nocturnos, cambió de color cuando le dije que me iba a casar.
Me quedaba pendiente una invitación, así que subimos la cuesta y me llevó a un sitio nuevo (yo, tan acostumbrada a pensar que el mundo empieza y termina en la Plaza de Lavapiés...).
Azul. Y de azul no tenía nada, ni los ojos de la camarera. Nos sentamos cerca de la ventana, dos flores nos hicieron compañía y decidimos pedir.

Cappuccino con leche de soja y Tarta de Zanahoria.
Rueda afrutado y Hummus.

Teníamos poco tiempo para ordenar el mundo, pero al final quedó como sigue:

Por un lado, tendremos una serpiente que siempre sube y nunca baja: deberìa estar hecha de agua nomàs, pero resulta que tiene el pelo rizado, labios de jabòn, ojos de burbujas y cuerpo de fideos chinos. Por otro, tendremos que organizar una boda, aùn no sabemos si en Ceuta o en Melilla, pero por ahì andan los tiros. Por otro aùn, tendremos recuerdos que machacan, pastillas rosas, làgrimas con pies y cabeza.

Y finalmente, tendremos una batidora en la que vamos a echar, en el siguiente orden: medio vaso de agua tibia, el zumo de 1 limòn, un bote de garbanzos escurridos, diente y medio de ajo, una cucharada generosa de tahina. Le damos a la ruedecita unos 15 segundos, al màximo de la velocidad y voilà: versamos todo en un plato, aniadimos aceite, pàprika en el centro, perejil decoraciòn y, si quieren, unos cubitos de tomate y otros de pepino.

Ahora: agarren con el ìndice y el pulgar un triàngulo de pan de pita, acérquense al plato, denle la vuelta, ahonden y, ayudàndose con el resto de los dedos, recogan una digna cantidad del hummus que acaban de preparar y cuiden de no olvidar ni el cubo de pepino ni el cubo de tomate. Con mucha atenciòn, lleven el bocado a la boca, el amado al amo, la sal al salado. Quiasmen la lengua, los dientes, el paladar si se deja.

En la Isla, la revoluciòn empieza por la boca.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Que ganas de conocer Marruecos!!

yo.

La Isla del Medio dijo...

Que no falten nunca las ganas. Y menos las de conocer.

gamba

Suru dijo...

la revolucion siempre empieza por la boca. Porque el alma y la mente tambien se alimentan por la boca. Por eso hay que (cocinar y) comer y beber algo rico que este preparado con mucho amor. Y sabiduria. U osadia..

Lo que entra por la boca se adueña de cada celula de nuestro cuerpo. ¿O es al reves?