Quiero suponer que fueron unos Gnocchi ai 4 Formaggi, falseados con temblor de piernas tras besarte repetidas veces. Es posible que fui al super unas horas antes, que los compré de patatas de alguna marca italiana loada en el extranjero, y que improvisé la salsa con una base de aceite de oliva y mantequilla en los que fundí despacito un triángulo de gorgonzola, philadelphia para amasar, unos tranchettes probablemente caducados y pólvora de parmesán. Así de fácil. Albahaca en mi casa nunca falta.
Sentados y riendo, comimos bajo la luz que colaba por todas partes, agotados de tanto mirarnos de cerca.
Mi intención era que explotaras, pero conseguiste esconderte tras la pantalla plana y no te pasó nunca nada. Bueno sí: acuérdate de la espiral de perdición...
Y yo aún sigo pensando en que muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento...
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