sábado, 6 de junio de 2009

Sandwich budistas con serie adolescente


La cosa fundamental es que un fotógrafo entre en tu casa y que su circunferencia budista te dé un beso. Mándenlo a hacer la compra y, como si fuera el mejor de los platos, proponga una cena furtiva de sandwich. Ponga al buda a fumar un cigarro, a ver la enésima serie española para adolescentes, a encuadrar el desorden por encima del polvo.
Coja una sartén-plancha y colóquela sobre el fuego más grande. A parte, saque 6 rebanadas de pan de molde y que se estríen un ratito hasta parecer jaulitas de harina amarilla. En un bol, mezcle un par de latas de atún en aceite de girasol con dos cucharaditas de queso fresco y nueces destrozadas de amor. Lonchee el queso tierno (blanquito como yo) y separe la pechuga de pavo del jamón de york. El pelotón de especias tiene que estar bien listo: pimienta negra, orégano, semillas de sésamo blanco. Además, la rúcula no puede faltar, aunque se esconda por dentro.
Luego piense en grande, en un edificio, en la arquitectura, en el equilibrio y en gusto.Arme un montado, y repáselo por la mantequilla, que se funda con el queso y que haga ese ruido de costras y cicatrices.
Sirvalo todo en platos de colorines para distraer la atención, y acompañe con salsa de pimienta.
Y ahora a ver la serie, porque en lo malo siempre hay algo bueno.

No hay comentarios: