lunes, 22 de junio de 2009

El Fantasma de la Isla III

No podemos controlar la mayoría de las cosas que nos pasan. Otra cosa es que las azuqueremos.
Esta mañana, mientras no buscaba nada en concreto, en ese bolsillo de cortazariana memoria encontré "Bombón de Chocolate":



25 de Junio 2008.


Estaba sentada en la estación esperando por él. Tenía muchos nervios, hacía años que lo conocía a través de palabras escritas en una pantalla y sólo una vez pudimos vernos las caras fue una visita fugaz. Pero esta segunda vez iba a ser especial; lo iba a conocer, saber de sus días, sus costumbres, sus movimientos, iba a estar en su salsa!
Estaba muy cansada luego de 8 horas de viaje en un tren que se frenaba en cada pueblito. Creo que mis nervios y mis miedos ayudaban a mi cansancio. Ya estaba a punto de quedarme dormida hasta que lo vi entrar por la puerta previo estacionar su súper vehiculo de dos ruedas y todo se me paso!!! Apenas nos vimos nos nació una sonrisa gigante en nuestros rostros y no dudamos en darnos un fuerte abrazo… fuerte fuerte… de esos que crujen los huesitos (como cada cubito de carne cae en la sartén caliente) de felicidad!!!
Pasaron los días, no muchos, los necesarios como para sentirme la persona mas feliz. No nos cansábamos de charlar, reír, intercambiar recetas de la vida, la mayoría de nuestra autoría y otras no. Yo intentaba que él incluyera en su menú a mis perezosos madrileños y él a su Sabina querido, pero no había caso… ninguno daba el brazo a torcer (vale aclarar que ya incluí a Sabina y a su Fernet querido en mi menú, pero no logro que él incluya mi plato preferido… jamás lo va a hacer).

Había llegado el momento de partir. Mi experiencia por el viejo continente debía continuar. Tenía que seguir disfrutando de los distintos olores culinarios del resto del mundo.
Ganas no tenía de despegarme de él. Me hizo sentir muy cómoda a su lado. Me cocinó de lo más rico… esas galletitas con queso y kanikama ri-qui-si-mas!
Con la panza llena y el corazón contento (y muy) me tomé el bondi que me llevaría al país vecino.

Una vez arriba descubrí la receta perfecta para hacer el mejor bombón de chocolate:

- Dos tabletas de chocolate negro tus ojos negros
- Azúcar Blanca como tu sonrisa
- Manteca suave como tus manos
- Agua transparente como vos
- Y el último ingrediente, me lo guardo para mí.

A partir de ese día nació esta relación de amor, odio, deseo, indiferencia, sinceridad, chamuyo, pero por sobre todo, es una relación alegre y honesta. Te adoro.

Y para nuestra velada perfecta, vos cocina la entrada, el plato principal y el vino que del postre y la música me encargo yo.

http://www.youtube.com/watch?v=Mf0rUvMp0SE


Gracias x todo =)

Pd: Cierro los ojos y siento en la boca el sabor de ese pedacito de bombón que probé aquella noche de Junio de 2008


de paso y de visita, una náufraga

4 comentarios:

Feli dijo...

Que linda historia!

Voy a intentar esa receta... probare dsitintos ingredientes a ver si doy con el justo!

Besos y que bueno que volvieron!!!

La Isla del Medio dijo...

Hay algo mágico y que roza lo imaginario cuando re-encontramos a alguien. Y si eso se confunde con sabores, olores y gestos tan cotidianos como llevar un bocado a la boca, es ahí cuando el momento se convierte en eterno.
Agradezco al fantasma que quiso alojar su historia en la Isla porque ha contribuido a que estos momentos se multipliquen.
Como con los espejos, con el agua, con los números y el cielo.

Enchocolatadamente, gamba.

La Isla del Medio dijo...

Hay algo mágico y que roza lo imaginario cuando re-encontramos a alguien. Y si eso se confunde con sabores, olores y gestos tan cotidianos como llevar un bocado a la boca, es ahí cuando el momento se convierte en eterno.
Agradezco al fantasma que quiso alojar su historia en la Isla porque ha contribuido a que estos momentos se multipliquen.
Como con los espejos, con el agua, con los números y el cielo.

Enchocolatadamente, gamba.

La Isla del Medio dijo...

lo dije yo que las cosas se multiplicaban...