en algún momento de algún agosto de algún año hace 6 años
La primera sonrisa fue de un ángel alternativo con la típica cadencia del noroeste. Fue poner pie ahí dentro y quedarnos maravilladas por los colores y los espacios abiertos. Habíamos llegado a la ciudad hace rato, y ya nos habíamos dado cuenta de sus obscuros edificios y de lo linda que estaba la famosa luna de las canciones. Luego, un timbre, un pasillo semioscuro que llevaba a una puerta con vidrios de colorines, de esos que deforman la visión de las cosas. Muchas veces me paré delante de esos colores para ver como era aquello que luego vivía puertas adentro. Y podía verme, y ver a los demás... contestando al teléfono, jugando al ping pong, Rose que iba y venía puntualmente con sueño, el vasco con su voz agarrada a la rabia de un pueblo, la sonrisa de Jordi, el principito, Manel y Susana que se querían...
(...)
He decidido, tras pensarlo mucho, que no voy a volver a Tucumán. Hay gente más dulce que yo... echo de menos las noches con Juanito, el buenosdías de Matías, la llegada transgresora de Romina, la guitarra de Chuqui, y esa belleza sonriente de Ariel.
Y ahora, para apagar un fuego, enciendo un cigarro...
La primera sonrisa fue de un ángel alternativo con la típica cadencia del noroeste. Fue poner pie ahí dentro y quedarnos maravilladas por los colores y los espacios abiertos. Habíamos llegado a la ciudad hace rato, y ya nos habíamos dado cuenta de sus obscuros edificios y de lo linda que estaba la famosa luna de las canciones. Luego, un timbre, un pasillo semioscuro que llevaba a una puerta con vidrios de colorines, de esos que deforman la visión de las cosas. Muchas veces me paré delante de esos colores para ver como era aquello que luego vivía puertas adentro. Y podía verme, y ver a los demás... contestando al teléfono, jugando al ping pong, Rose que iba y venía puntualmente con sueño, el vasco con su voz agarrada a la rabia de un pueblo, la sonrisa de Jordi, el principito, Manel y Susana que se querían...
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He decidido, tras pensarlo mucho, que no voy a volver a Tucumán. Hay gente más dulce que yo... echo de menos las noches con Juanito, el buenosdías de Matías, la llegada transgresora de Romina, la guitarra de Chuqui, y esa belleza sonriente de Ariel.
Y ahora, para apagar un fuego, enciendo un cigarro...
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