domingo, 3 de enero de 2010

Madrid 2010


Estoy rodeada de un angel, un violinista y un diablo.
Los animales de mi bestiario siguen durmiendo y Joaquín canta desde el otro lado.
No nos preocupamos de lo que fue ayer, menos aún de lo que pasará mañana.

Tenemos un master en presentes, nos especializamos en planes caídos del cielo y trabajamos en música ochentera, hostelería y decoración de interiores. Cuando dormimos, abrazamos el cojín y nos tocamos los pies. Adoramos vaguear por las metrópolis y, honestly, no podemos soportar los pueblos que tengan menos de 50 mil habitantes. Nos gustan el pan de oro, los dulces turcos, bailar pegados a una columna y fumar cigarrillos de dudosa factura. También adoramos apoyarnos a los cubos de basura, cuidar del reino de los michelines y llamar a la familia desde lejos. Tenemos incoroporadas las teorías del sí a todo y del código postal.

Pero sobre todo, no nos podemos quitar la costumbre de enamorarnos cada 100 metros y desenamorarnos caminando lentamente hacia los siguientes 50.

Así que, por favor, levanta ese culo que te ha dado Dios y vámonos al rastro. Quiero buscar más animales. Y vos mi cuna antigua.

2 comentarios:

Feli dijo...

al fin volvieron... dos potencias se juntaron!
besos!

Anónimo dijo...

se juntaron el hambre con las ganas de comer.
y nunca mejor dicho